La inclinación emprendedora es algo que forma parte del carácter humano. Por supuesto, algunas personas son más emprendedores naturales que otras, pero el espíritu emprendedor está en todos nosotros. Que el emprendimiento sea productivo depende de si crea valor no solo para usted, sino también para la sociedad.
Digamos, por ejemplo, que usted ha creado un medicamento que puede salvar millones de vidas. Vender ese medicamento lo hará rico, pero mucha gente también se beneficiará de él, de poder conseguirlo. Incluso si usted se vuelve súper rico, solo obtendrá una fracción muy pequeña, que generalmente es menos del cinco por ciento, del valor total que se ha creado por la venta de ese medicamento. El resto va a la sociedad: la gente consigue mejores productos nuevos o productos existentes a un precio más bajo.